
La espectacularidad de sus profundos y rocosos valles de mas de
Aquellos primeros pobladores utilizaron el valioso y rico elemento de sus aguas desde el siglo XVI al XVIII, aprovechando múltiples ideas heredadas de tierras peninsulares sobre canalizaciones y molinos de aguas antiguos (que en la península, desde época medieval) dieron excelentes resultados para la agricultura y la ganadería.
En el barranco de Guayadeque, y durante mas de 200 años se construyeron varios molinos de agua, que desgraciadamente, tenemos poca historia documentada, ya que los escasos “escribanos y monjes de la época” se preocuparon muy poco de resaltar las ventajas y sus virtudes de éstas construcciones de molinos de aguas en el barranco de Guayadeque, lo cierto es que de las muchas variedades de molinos de aguas que existen en Gran Canaria, el que construyeron en Guayadeque es de estilo cilíndrico, muy parecidos por cierto a los construidos en diversos lugares de la península Ibérica con sus clásicas canalizaciones y muy similares a los restos expuestos hoy día en Santa Lucía del Trampal de Alcuéscas (Cáceres).
Estos cilíndricos y portentosos molinos de aguas en el barranco de Guayadeque, resultaron muy originales y beneficiosos para el desarrollo de la que fuera “rica huerta y gran zona agrícola del Carrizal” (1.650 – 1.800). Con la llegada de las grandes maquinarias-diésel y las prospecciones de pozos, sacaron como resultado la completa desaparición de lo que fuera durante milenios de años un auténtico vergel selvático del barranco de Guayadeque, secando sus afluentes, nacientes y galerías de aguas, dejando para nuestra posteridad los restos desnudos, que a penas se puede mantener en pies, de los molinos de aguas y múltiples canalizaciones en medio de…”un desierto sepulcral”.
En los comienzos de éste siglo XXI en que nos encontramos, mientras otros molinos de aguas y de vientos, están siendo reestructurado por los Organismos Competentes en
No obstante, estos molinos de aguas en el barranco de Guayadeque, deberían estar protegidos por la “L.P.H.C.” (Ley del Patrimonio Histórico de Canarias), ya que tienen los días contados a causa de su avanzado deterioro ocasionado por el tiempo y especialmente por los desaprensivos y enemigos de nuestro escaso patrimonio histórico que han dejado estos “grandes monumentos del ayer” en ruinas dispersas a punto de desaparecer. Realmente resulta lamentable que en pleno siglo XXI, donde no hace muchos años se comentaba a “escala nacional” las protecciones y restauraciones de nuestros legados antiguos”, para beneficio de las generaciones de hoy y del mañana, se olviden o silencien a estos “antiquísimos molinos de aguas del barranco de Guayadeque”.
(c) Antonio Estupiñán Sánchez - regioncanarias.es
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