Tanto el barranco de Guayadeque como el barranco de Los Aromeros, fueron auténticos paraísos verdes, cuyo vergel y tupida vegetación fue gracias a las continuas humedades así como los innumerables galerías y manantiales (a flor de tierra) cuyas aguas cristalinas y curativas discurrían por sus cauces hasta la desembocadura en el litoral costero de playa del Burrero deL término municipal de Ingenio. En sus numerosas cuevas tuvieron asentamientos nuestros pasados aborígenes canarios de procedencia del poblado cercano ubicado en Agüímes.Después de la conquista de esta isla por las tropas castellanas, con asentamiento militar en el Castillo de la Bahía-Puerto de Gando (1490-1510), comenzaron posteriormente a poblarse las grandes lomas terreras del Carrizal, Ingenio y Agüímes a través de los repartos de tierra en la isla de Gran Canaria y donde el “Señorío de Agüímes” se les concedió una importante franja de terreno desde el barranco de Balos hasta las cercanías de Cuatro Puertas (Telde).
El barranco de Los Aromeros, con sus numerosos nacientes y galerías de aguas fue un lugar importante para la agricultura y la ganadería, cuyas poblaciones ubicadas en Carrizal, explotaron sus valiosos acuíferos desde 1550 hasta el pasado siglo XX (1920), donde abundaron las ñameras, las moras, caña de azúcar, berros y toda clase de árboles frutales, siendo custodiados por abundantes palmeras, pinos canarios y cipreses. Fue una autentica despensa donde floreció la famosa “Casa-Huerta del Carrizal”, dependiente del Señorío de Agüímes, donde más tarde la llamaron “La Casa-huerta del Seminario” y en la actualidad, una vez rehabilitada se le conoce como “La Casa-Huerta del Obispo”, resultando ser una de las viviendas más antiguas de Gran Canaria, pués data de 1.498 (más de 500 años). Para los lugareños éste barranco de Los Aromeros era un remanso de paz , tranquilidad y fertilidad y era poseedora de innumerables plantas autóctona como las aulagas, tabaibas, veroles, balos, piteras y diversas variedades de alóes, y donde también anidaron muchas aves.¿Quiénes eran los pobladores de ésta fértil zona del valle-barranco de Los Aromeros? Los nombres de sus dueños fueron silenciados o permanecen en el anonimato, salvo las huellas que dejaron en sus “pertenencias”, que se están descubriendo ahora a través de los viejos embalses o estanques hechos de piedra, barro, arcilla, cal y arena volcánica del barranco que tras abandono de cerca de dos siglos, sus débiles capas protectoras al caerse han sacado a la luz sus huellas de identidad como el caso de unos de sus viejos estanques los dueños u obreros escribieron… “Se hizo esta obra el año de 1843” y… “Es del Señor Canónigo y Doctor Don Domingo Morales siendo encargado el Teniente Don Juan Agustín Morales”, o sea que este estanque tiene 165 años.
Es la historia desconocida y oculta que el tiempo ha descubierto a través de estos viejos embalses del pasado, hasta que los inventos hechos por el hombre en forma de máquinas-diesel, empezaron a extraer las aguas del subsuelo del barranco de Los Aromeros, secando todos sus afluentes y manantiales hasta el exterminio de la vegetación.
(c) Antonio Estupiñán Sánchez - RevistaTara.com
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