Centenares de personas despidieron ayer en Ingenio a Rubén Daniel Sánchez Pérez y María Jesús Font Rodríguez, que fallecieron en el accidente de avión de Barajas hace ya diez días. Esta joven pareja se había casado en Madrid apenas cuatro días antes del siniestro.
Vecinos, miembros del Club de Balonmano, compañeros de trabajo de Elmasa y Cagesa, y amigos de sus padres -el médico Juan Andrés Sánchez y la maestra Lali Pérez-, y hermanos -Juan Andrés y Javier- mostraron ayer su solidaridad y apoyo por la trágica pérdida de los recién casados, que habían pospuesto su luna de miel hasta octubre.
Las cenizas de Rubén y María Jesús fueron traídas en una urna desde Madrid, donde sus cuerpos fueron incinerados y mezclados ante la presencia de sus familiares, dejándose una parte en otra urna de Madrid. En la tarde del jueves se hizo un responso en el tanatorio de la capital de España. Y, ayer, en torno a las 14.00 horas, sus restos llegaron a la Base Aérea de Gando, donde fueron recibidos por familiares y amigos, siendo trasladados por el coche fúnebre hasta el tanatorio de Ingenio, donde fueron velados hasta las 17.00 horas, aunque anteriormente también se les veló varios días, con la ausencia de sus restos mortales.
A las 17.30 horas, la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria celebró una emotiva y cantada eucaristía, presidida por su párroco José Luis Bolaños, quien hizo referencia a la boda de la joven pareja celebrada en Madrid hace 14 días. El sacerdote expresó en la homilía que había elegido lecturas bíblicas propias de una boda, porque, a pesar del desgraciado accidente y de que los ambientes son distintos, lo que no ha cambiado es el amor, porque la muerte no puede vencer al amor, y éste permanece tanto en ellos como en el corazón de sus familiares, amigos y vecinos.
A PIE. Concluida la celebración religiosa, a las 18.15 horas familiares y amigos de Rubén y María Jesús acompañaron a pie sus restos y a sus familiares desde el templo del casco hasta el camposanto de Ingenio por la carretera vieja, por propio deseo de sus padres. Allí sus familiares directos recibieron el pésame de los presentes e introdujeron la urna con sus cenizas en el nicho.
Posteriormente, el templo de La Candelaria volvió a acoger otra misa funeral por el matrimonio Honorio Ángel Rodríguez Dávila, natural de la villa, y su esposa María Lourdes Ramírez González, que también murieron en el trágico accidente del avión de Spanair en Barajas. Aunque vivían en San Bartolomé de Tirajana, este matrimonio es del Sureste.
