TODAS las noticias y TODA la información sobre la Villa de Ingenio la tendrás semanalmente aquí...
¡No busques más! TODOINGENIO->NOTICIAS

martes, 2 de septiembre de 2008

Hasta el viento paró en Ingenio

Más de 4.500 personas despidieron ayer en Ingenio al joven Rubén Daniel Sánchez Pérez, de 30 años, y a su esposa, María Jesús Font Rodríuez, de 31, que perdieron la vida el pasado 20 de agosto en el trágico accidente de avión en Barajas. Hasta el viento típico del sureste de la Isla se calmó para decir adiós a este matrimonio, que se había casado el sábado anterior a la tragedia en la localidad madrileña de Batres, de donde era María Jesús. Las cenizas de la pareja llegaron a Gran Canaria sobre las dos de la tarde de ayer, acompañados por la madre del joven, uno de sus mejores amigos y allegados de la familia, a bordo de un avión de la compañía Iberia. En sus caras era visible el cansancio tras una semana en Madrid esperando este momento.

La iglesia de la Candelaria, en la Villa de Ingenio, estaba repleta desde las cinco de la tarde. Media hora después llegaba su familia, que portaba una urna negra, donde se encontraban los restos del matrimonio. Un silencio invadió entonces la Iglesia y los alrededores, roto en muchas momentos por los llantos de los más allegados. Y es que pocos podían controlar las lágrimas ante esta pérdida.

Tras la misa funeral, que duró alrededor de una hora, los compañeros del equipo de balonmano de Rubén Daniel del A D Villa de Ingenio, ataviados con las camisetas de la equipación, le hicieron un pequeño homenaje en forma de pasillo. Por él pasaron el padre de la víctima, Juan Andrés -quien portaba la urna-, su madre, María Candelaria, y sus dos hermanos, Juan Andrés y Javier. Después de este emotivo momento, los familiares y los más de cuatro mil asistentes se dirigieron caminando hasta el cementerio de Ingenio, donde se enterraron las cenizas. Los cuerpos del matrimonio fueron incinerados juntos, el día anterior, y se dividieron en dos urnas, para que sus restos estuvieran tanto en la isla redonda como en Madrid.

Desolación. Rubén Daniel era un joven muy popular en el pueblo, por su relación con el mundo del balonmano, deporte con tradición en Ingenio. Gracias a esta afición había cosechado numerosos amigos y muchos de ellos le acompañaron el día de su boda. «Fue genial, muy bonita y sencilla. Él estaba muy contento. Iban guapísimos. Recuerdo la última fotos que nos hicimos tras la celebración todos los amigos juntos. Tenía esa sonrisa de felicidad típica en él», afirmó con la voz rota su amigo Samuel Suárez. Sus compañeros le definen como una persona leal, amigo de sus amigos y «buena gente. Estaba en su mejor momento». Rubén y María Jesús decidieron casarse con el sueño de formar una familia. Se habían comprado una casa en Ingenio y estaban esperando a que se la dieran. Mientras, residían en Playa de Arinaga, en Agüimes. Este mismo año el joven había terminado su carrera de Ingeniería Industrial con la entrega del proyecto y ella estaba estudiando Psicología.

No hay comentarios: