INTENTAN, SIN NINGUNA AYUDA INSTITUCIONAL, RESCATAR LAS COSTUMBRES DE LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS POR MEDIO DEL ESTUDIO Y REPRESENTACIÓN DEL BEÑESMEN.La Peña del Pan, presidida por Paco López Monroy desde el año 1.988, un año más cerró la Romería de La Candelaria en el municipio de Ingenio con la carroza titulada “Trapiche de azúcar”, diseñada por Francisco Espino Suárez, confeccionada por la propia peña. Con esta alegoría quisieron rendir homenaje a todas las personas que trabajaron en esta labor, además de recordar el origen del nombre del municipio.
La peña está compuesta por hombres y mujeres que, con muchísimas dificultades técnicas y económicas y sin ninguna ayuda institucional, se dedican a recuperar las tradiciones de los pobladores prehispánicos de la isla de Tamarán, ofreciendo a los atónitos espectadores la escenificación del desconocido “Beñesmen”, de esta forma intentan que no nos olvidemos de quiénes somos ni de dónde venimos. Otra de sus actividades es la realización de estudios artesanales para que los colegiales de municipio de Ingenio conozcan cómo vivían los grancanarios después de la conquista.
El Beñesmen, según el presidente, era la fiesta aborigen que se celebraba en el solsticio de verano y en la elección de los jefes. Tenía, como actos significativos, el ordeño de la Cabra Sagrada que eran custodiadas por las Arimaguadas, la ofrenda de la leche a la Madre Tierra, el baile de la rama y el desafío de la lucha, consistente en el juego del garrote, el juego de la vara en los saltos de Torriani, la Tihiada (esquivos de las piedras), el pulseo y levantamiento de piedras y, por último, la lucha (agarre), donde las Arimaguadas ungían los cuerpos de los luchadores con la grasa de las cabras sagradas (única vez que tocaban el cuerpo masculino).En la Romería de la Candelaria de 2.008, la Peña del Pan presentó el levantamiento de piedra, deporte difundido, casi en solitario, por Ramón Alvarado, que ha recorrido todas las Islas Canarias con sus exhibiciones. Cada isla y municipio disponía de una piedra que, en Gran Canaria, pesaba 151 kilogramos, y se denominaba “La piedra del Gallo”; la representación del pulseo se conserva en Fuerteventura con la llamada “piedra de los Mozos”, de 80 Kg. de peso, perteneciendo a La Palma las “piedras de Tijarafe”, que consistía en levantar y tirar atrás.
Otro de los atrayentes momentos de la Romería de La Candelaria, también a cargo de la Peña del Pan, es cuando el engalanado Trono de la Virgen retorna al templo al que da nombre acompañada del ritmo de los tambores y crótalos y el singular sonido de las caracolas. El recinto sagrado se colma de una extraña mezcla de paganismo y creencias, arrullada por un machacón y, de forma natural, amplificado son, que se refleja en los anegados ojos de los presentes.(c) Radioaventura.com
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