La Feria del Sureste cerró con enorme éxito su cuarta edición

La Feria del Sureste cerró ayer, a las 15.00 horas, su cuarta edición en la Avenida de Carlos V de Carrizal, con enorme éxito de partipación y asistencia, cifrándose al final en 90.000 el número de visitantes. Muchos expositores solicitaron ayer que la muestra sea de carácter semestral.

La magnífica y entrañable actuación de la Agrupación Folclórica Amidagüe, formada por jóvenes de ambos sexos con deficiencias de tipo psíquico, puso broche de oro ayer, a las tres de la tarde, a la cuarta edición de la Feria Intermunicipal del Sureste dedicada a la Agricultura, Ganadería, Artesanía y Alimentación, que en sus tres días, desde el viernes, día nueve, hasta el domingo, concitó la presencia de unas 90.000 personas en la Avenida de Carlos V, en Carrizal.

La satisfacción era la nota predominante en la jornada de clausura de la feria y entre los agricultores, artesanos y restauradores que llevaron sus productos a ella. Aunque siempre se hace difícil precisar el volumen de ventas de una feria como ésta, la opinión generalizada era que había sido buena en ventas, pudiéndose establecer una media de mil euros por caseta, aunque siempre con las diferencias que marcan el tipo de producto, pero la mayoría coincidía en afirmar que habían hecho más dinero que en un año comercializando por su cuenta.

Tal era el optimismo, que muchos apuntaban la posibilidad de que feria se pudiera celebrar cada seis meses, lo que les permitiría echar fuera toda la producción del año de forma más espaciada. De esta opinión eran sobre todo los agricultores, que apuntan que con esta periodicidad podrían ellos organizar mejor la época de plantación de según que cultivos, en la seguridad de poder comercializarlos, como han hecho este año en la feria, ya que todos ellos tuvieron que dar varios viajes, al igual que hicieron los panaderos, para poder reponer unas existencias que ayer a las dos de la tarde habían desaparecido.

Los que también mostraban su satisfacción eran los restauradores de la comarca, que trabajaron duro en los improvisados restaurantes donde atendieron a los visitantes.

(c) Adolfo Santana - Canarias7